Hola, te presento a Bock, el era un perrito hermoso que llegó a llenar de vida una casa.  Desde el primer día se ganó el cariño de todos los que habitan en esa casa.  Le gustaba correr, saltar y una de las actividades que más le divertía era correr libre por el parque.

Era como un niño curioso, listo para explorar todo su mundo alrededor.  Siempre saltaba de aquí para allá y llenaba de cariño a toda persona que veía, sin importar de quien se tratase.

Bock igual corría tras sus dueños como detrás de una mariposa, siempre estaba distraído, parecía que le maravillaba cada detalle del mundo que le rodeaba, realmente era un alma pura que solo estaba aquí para dar amor.

Cómo su curiosidad era tan grande trataba de hallar el mínimo descuido de sus humanos para salir corriendo al parque y divertirse con sus amigos (seguramente si él hubiera podido se habría ido a vivir allá) .  La primera vez que salió, el miedo y angustia se apoderó de sus humanos pues no lo hallaban por ningún lado.

Pero Bock tenía su plaquita en su collar, y gracias a ello pudieron localizar a su familia y lo llevaron a casa. Así paso dos o tres veces más.  A veces con más suerte pues encontraba gente que lo cuidaba y le daba de comer el mismo día que salía y otras veces con menos suerte pues por huir asustado un auto le golpeó, sin embargo como no acababa su misión siguió en este mundo.

Este maravilloso can fue tan noble que cayo enfermo y no se quejaba seguía tratando de demostrar el amor a su familia humana, poco a poco fue más doloroso y los doctores no daban esperanza, había desarrollado un tumor en su cabecita y no resistió al tratamiento.  Fue una época de mucha tristeza en su casa y sin embargo era una tristeza con tranquilidad, porque seguramente el se fue al cielo de los perros sabiendo que sus humanos le querían e hicieron todo lo que podían para recuperarlo siempre y cuidarlo.

Sin la placa está historia quizás muy diferente, y la angustia sería mucho más grande y dolorosa.  No siempre tenemos finales felices.  Pero muchas veces nosotros podemos poner chispas de esperanza para que al final haya tranquilidad o felicidad.

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